miércoles, febrero 17, 2010

ACPANSBI


Bajo esas siglas de difícil pronunciación y complicadas de descifrar nos encontramos con una Asociación Cordobesa que he tenido la ocasión de visitar hoy. Ha sido una experiencia interesante y enriquecedora como la mayoría de las visitas a las asociaciones de personas con discapacidad.

De ésta me ha llamado la atención el empeño de un grupo de madres, especialmente de una de ellas, por mejorar la calidad de vida de sus pequeños, de hacerles partícipes de la sociedad en la que viven. Pequeños que sin la lucha de sus padres y madres vivirían como lo hicieron durante su infancia muchas personas sordas adultas: atrapados en la incomunicación. Hoy, sin embargo, esos niños estaban allí riendo, jugando, interactuando con nosotros...mientras las familias sonreían aún más que ellos.

De las muchas cosas que voy aprendiendo en mi actual trabajo quizás lo que más me gusta es haber aprendido a ser consciente de que existen otras realidades distintas a la mía. La mayor parte de las veces aquellos que vivimos una vida "normalizada" (una palabra realmente horrible) no nos damos cuenta de que pequeños detalles pueden facilitar la vida a muchas personas. Cuando se puso en marcha el Servicio de Intérprete de Lengua de Signos reflexionaba junto a un amigo sobre cómo una persona sorda podía resolver esos trámites burocráticos, que a todos nos resultan cansinos y dificultoros, sin la ayuda de alguien que le ayudara a entender y ser entendido. Pues bien, una sola persona permite que 4.000 personas resuelvan sus trámites al igual que cualquier otra.

Son, en definitiva, pequeños pasitos conseguidos gracias al esfuerzo de mucha gente a la que cada día admiro más por la pasión que le ponen a todo lo que hacen...